Metricool

Opción C Pixel de seguimiento sin Javascript

Escribir desde otra emoción

Cuando se está habituado a la tristeza, se aprecia sensiblemente cuando se ha marchado. Aunque las condiciones objetivas de mi vida no han variado significativamente, el hecho de que ya no experimente melancolía, o la fuerza de la depresión, es algo en extremo agradable. De cierta forma es un momento de felicidad.
También ha cambiado la forma como interpreto al mundo. Dicho cambio en mi percepción ha logrado una transformación que quizás pocos, además de mi mismo, puedan apreciar. Es como si en parte algo de lo que estaba roto en mi alma se ha recompuesto.
No tengo claridad sobre lo que he de hacer en mi vida en este momento. No sé que caminos tomaré. No tengo planes. Sólo tengo la certeza de que mi emocionalidad no hará más estragos en mi vida. Porque aunque puedan presentarse esas tormentas de una tristeza inexplicable, también es cierto que mi compromiso con vivir no ha sido más fuerte que ahora. No puedo explicar que es lo que ha provocado el cambio, ni siquiera puedo saber como he sobrevivido hasta ahora a cosas que en el pasado me habrían dejado encerrado bajo llave.
He ganado cierta calma. Me detengo con más frecuencia a escuchar, antes que a hablar. No busco tener la razón en las conversaciones, quiero aprender más de los otros. En esencia sigo siendo el mismo ser humano y me veo a mi mismo de forma más gentil. Aprecio mi nobleza, mi lealtad, mi capacidad de dar, mi inteligencia y mi intenso amor. Esto no lo decía de mi, sentía en cierta forma vergüenza de pensarlo. Hoy me doy cuenta que merezco recibir tanto como lo que soy capaz de entregar. Y es toda una historia nueva, es como si Arqui hubiese evolucionado desde una versión anterior.
El ejercicio de escribir esta bitácora me ha servido. Quizá es una conversación conmigo mismo. Y esta vez me escucho con más atención. Me libro de ataduras, de formas de comprender el mundo que no me ayudan. Este nuevo Dasein  que se ha forjado, ve con mayor ambición el porvenir.
También quiero un amor bonito que me llene de alegría, un amor que me de besos y no mortificación