Amor - Alexander Milov |
Caminando presuroso entre una esquina y otra...
el corazón apretado en el pecho...
el granito del suelo que me asalta los ojos...
de pronto la inusitada silueta, hecha sombra, de una mujer que recuerdo.
Mi vista se extravía al delinear los trazos de ese cuerpo...
el aire se agolpa, tratando de escapar y a la vez ahogarse...
un suspiro lerdo.
Mis labios acometen un saludo, que ansía ser beso.
Recuerdos se estrellan como una parvada de aves en el muro de mi memoria...
¿cual de todos ellos será el más grato, el más travieso?...
una sonrisa atolondrada por la emoción sale a tu encuentro...
es la gloria de verte, otra vez, como antes no lo había hecho.
Mi mente no sabe a donde nos guiará este diálogo de almas...
quizás a estar más juntos que nunca, como yo quiero...
o a un vuelo separado y distinto, que no deseo...
pero este instante crece alto, como un fuego intenso...
porque confía que mi esperanza vibre, con tu voz como sosiego.
el corazón apretado en el pecho...
el granito del suelo que me asalta los ojos...
de pronto la inusitada silueta, hecha sombra, de una mujer que recuerdo.
Mi vista se extravía al delinear los trazos de ese cuerpo...
el aire se agolpa, tratando de escapar y a la vez ahogarse...
un suspiro lerdo.
Mis labios acometen un saludo, que ansía ser beso.
Recuerdos se estrellan como una parvada de aves en el muro de mi memoria...
¿cual de todos ellos será el más grato, el más travieso?...
una sonrisa atolondrada por la emoción sale a tu encuentro...
es la gloria de verte, otra vez, como antes no lo había hecho.
Mi mente no sabe a donde nos guiará este diálogo de almas...
quizás a estar más juntos que nunca, como yo quiero...
o a un vuelo separado y distinto, que no deseo...
pero este instante crece alto, como un fuego intenso...
porque confía que mi esperanza vibre, con tu voz como sosiego.
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